Morir en Hiroshima es en buena medida todo él una oración y, por ello mismo, un acto de amor. Solo el amor es capaz de curar la inmensa herida de la muerte total y absoluta que se abre paso en estas páginas, que terminan con otro acto de amor increíble: «Los muertos nos amaron».
Ángel Rupérez (Burgos, 1953) es doctor en Filosofía y Letras y ha sido profesor de Teoría de la Literatura de la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los poemarios En otro corazón (1983, Trieste), Las hojas secas (1985, Trieste), Conversación en junio (1992, El Banquete, finalista del Premio Nacional de Poesía de ese mismo año), Lo que han visto mis ojos (1993, El Banquete), Una razón para vivir (1998, Tusquets), Río eterno (2006, Calambur) y Sorprendido por la alegría (2013, Bartleby). También es autor de las novelas Vidas ajenas (2002, Debate) y Sensación de vértigo (2012, Izana Editores), del libro de relatos Las lágrimas necesarias (2016, Izana Editores) y del ensayo Sentimiento y creación (2007, Trotta). Ha traducido a poetas ingleses en sendas antologías: Lírica inglesa del s. XIX (1987, Trieste) y Antología esencial de la poesía inglesa (2000, Austral, Espasa), y ha preparado y prologado antologías de los poetas Luis Cernuda (2002, Austral, Espasa), Claudio Rodríguez (1992, Mondadori; 2004, Austral, Espasa) y Francisco Brines (2006, Austral, Espasa y 2018, Alianza Editorial). Colabora en el diario El País.