Una novela muy sorprendente, por la ambición de su argumento, su ritmo y la madurez narrativa de un autor primerizo. La Mirada de Saturno es una intriga muy compleja, muy bien trabada por el pulso narrativo de un autor que maneja una trama con muchos hilos a través del tiempo y que no pierde el control de la historia en ningún momento.
Almudena Grandes
En las semanas previas a la muerte de Franco, el joven periodista Ricardo Asensi descubre que no es huérfano desde los ocho años, tal y como creía. Su padre, oficialmente muerto en un accidente de aviación, acaba de fallecer en un psiquiátrico, y esta noticia trastoca por completo su vida cotidiana y la percepción de su propia historia personal.
El inesperado hallazgo lo sumerge en una vertiginosa investigación en busca de la verdadera historia paterna, con giros sorpresivos y a través de una trama que se complica a medida que avanza en sus pesquisas.
La Mirada de Saturno fue galardonada con el premio Tiflos en 1999 y ahora, en edición revisada, se publica por cuarta vez, tras las ediciones de la ONCE, Brand y Booket, y por vez primera en formato e-book.
uillermo Galván cuenta historias desde pequeño. A los siete años ya les daba la paliza a sus amiguitos con narraciones orales sin que nadie osara llamarlo tío plomo, mucho menos cuentacuentos. Plasmó después sus fabuladas aventuras sobre el papel en forma de tebeos, aunque su intento de industrializar la idea resultó un rotundo fracaso, porque no se había inventado la fotocopiadora y cada unidad a partir de la primera no resultaba rentable y sí, por el contrario, un ejercicio sumamente aburrido copiarse a sí mismo una y otra vez. Poco más tarde descubrió a Julio Verne, aunque hasta muchos años después no tuvo las agallas de enfrentarse al reto de escribir un montón de páginas, tal y como hacía aquel tipo con nombre español a pesar de ser francés. Víctima, sin duda, de su tendencia a fantasear, quiso dedicarse a la ingeniería aeronáutica, sin tener en cuenta que en este país los únicos aviones que podían fabricarse entonces eran de papel. Por fin, se hizo periodista, y convirtió la escritura en su medio de vida, aunque bien lejos de la ficción, sometido a esa supuesta objetividad que predicaban los maestros. Hasta que, mira por dónde, descubrió que la fantasía especulativa se imponía cada vez más a los viejos valores de la profesión, y decidió que, puestos a fabular, mejor la novela que la noticia.
Ha publicado siete novelas, algunas galardonadas con premios como Tiflos, Río Manzanares, Felipe Trigo, Alfonso VII e Hislibris; y varios relatos, uno de ellos recientemente premiado con el 21 de Marzo.